Portada de la novela Yo robot, escrita por Isaac Asimov.

Yo, robot, es una novela publicada en 1950 por el padre de la ciencia ficción. Isaac Asimov nos regala una obra cargada de filosofía y tecnología, leyes de la robótica y un formato amable de relatos cortos con el que adentrarnos en la mente del genio de la tecnología literaria.

Esta no es una novela lineal, sino una colección de relatos que construyen en su conjunto una historia coherente sobre la evolución de la inteligencia artificial y la relación entre humanos y robots. Cada relato se enmarca en las respuestas que ofrece una anciana Susan Calvin, robopsicóloga, a un entrevistador que le pregunta sobre su vida como psicóloga y estudiosa de los robots.

La doctora Calvin actúa como cronista de los grandes hitos del desarrollo robótico a lo largo de su vida profesional en la empresa U.S. Robots and Mechanical Men.

A pesar de que cada relato funciona de manera independiente, con su propio conflicto y tono, juntos forman una visión panorámica del futuro, desde los primeros autómatas hasta inteligencias artificiales casi omnipresentes.

Yo, Robot sigue el estilo directo propio de Asimov, claro, racional, profundamente lógico y que huye de las descripciones superfluas. Una forma de narrar sin adornos innecesarios, pero cargada de ingenio. Da la sensación, al leer sus relatos, que se trata de un experimento científico narrado con la intriga propia de la literatura. Si bien es cierto que, aunque los relatos contienen cierto tono de suspense y acción, el foco está en los dilemas intelectuales y morales en una fusión perfecta de ciencia ficción y filosofía.

Es en esta novela donde Asimov introduce sus famosas leyes de la robótica, un conjunto de normas éticas que gobiernan el comportamiento de los robots, y las explora de un modo brillante, poniéndolas a prueba desde distintos ángulos y mostrando sus ambigüedades y las paradojas que surgen cuando se aplican a situaciones complejas.

Sus personajes tienen un gran abanico de grises y matices y oscilan entre la desconfianza hacia los robots y la creciente necesidad de ellos para mantener la civilización. Destaca Susan Calvin, protagonista e hilo conductor de los relatos entre sí, una psicóloga de robots que ayuda a profundizar en el dilema moral planteado. Inteligente, analítica y emocionalmente contenida, la doctora en robopsicología simboliza la compleja relación y similitudes entre el ser humano y la máquina. Además, se incluyen también otros personajes secundarios: ingenieros, directores y científicos que sirven como voces humanas que se enfrentan al desconcierto del avance tecnológico.

Así, los relatos se suceden, haciendo evolucionar la reflexión hacia la posibilidad de una forma de «vida» no biológica, con voluntad, emociones o sentido ético propio.

Se trata de una novela que versa sobre un tema de actualidad, estando tan inmersos en la era de la tecnología y la inteligencia artificial. ¿Qué sucede cuando una máquina debe tomar decisiones morales? ¿Hasta qué punto una inteligencia artificial puede comprender o incluso superar los valores humanos? A lo largo del texto, Asimov logra dejar patente su fascinación y conocimiento de la tecnología y cada relato se convierte, al mismo tiempo, en una historia entretenida y una reflexión profunda sobre el futuro de la humanidad. Lejos de contar una historia sobre máquinas, Yo, Robot es un retrato del ser humano ante el progreso y el poder.

Además, se trata de la novela que marcó un punto de inflexión en la representación de los robots en la literatura, pasando del arquetipo de la máquina rebelde al de la inteligencia racional con dilemas éticos y leyes que regulan su comportamiento. Aquí nacen las Tres leyes de la robótica que Asimov desarrollará en sus obras sucesivas. Una referencia cultural y filosófica para ingenieros, científicos y pensadores contemporáneos.

Si quieres un clásico que sigue siendo tan relevante hoy con el debate abierto en la era de la Inteligencia Artificial, Yo, Robot de Isaac Asimov será tu lectura especial. Una obra de ciencia ficción con altas dosis de intelectualidad y reflexión. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *