Kelsier (Nacidos de la bruma) en Intermundo

Portada de la novela Nacidos de la bruma: Historia secreta, escrita por Brandon Sanderson, con el sello de Proyecto Intermundo.

Cuando Kelsier entró en el estudio de Proyecto Intermundo su sonrisa cobró protagonismo. Un hombre alto y esbelto, con el cabello rubio algo destartalado que le daba un aire accesible y desenfadado. La sonrisa solo contribuía a esa apariencia afable. Cuando me saludó, las cicatrices de sus brazos se hicieron más reales de lo que parecían en mi imaginación. Por lo demás, Kelsier era tal y como me lo había imaginado al leer El Imperio Final y su actitud, tal y como Brandon Sanderson la describió en Nacidos de la bruma: Historia secreta (de la que no diré nada en esta entrevista para evitar cualquier posible spoiler).

―Bienvenido, Kelsier. ¿Quieres tomar algo?

―¡Claro! Acepto lo que tengas si tú bebes conmigo.

―¿Una copa de vino, quizás?

―Perfecto.

Sonreí satisfecha por haber logrado memorizar los datos sobre Kelsier. Para mí, esos pequeños detalles son los que marcan la diferencia. Serví dos copas, brindé con él y me senté en mi escritorio mientras el nacido de la bruma más conocido de Brandon Sanderson se acomodaba en el sofá.

―Kelsier dime ¿cuál dirías que ha sido el momento más determinante en tu vida?

―El momento más determinante… ―tomó un sorbo de vino pensativo―. Bueno, digamos que hubo un día en particular en el que me di cuenta de lo que realmente podía hacer, de lo que significaba luchar por los que no tienen voz. Ese día cambió mi vida y me dio una misión más grande que cualquier ambición personal.

―Una motivación poderosa.

―Solo así podemos mantener nuestras actuaciones en el tiempo.

―Si pudieras, ¿cambiarías alguna decisión del pasado?

―Todos tenemos decisiones que desearíamos reconsiderar, pero el pasado es lo que nos moldea. Cambiar algo podría significar perder lo que he aprendido y lo que he logrado. Así que no, no cambiaría nada. Por mucho que me duela pensar en los que he perdido por el camino, prefiero mirar hacia adelante y asegurarme de que cada decisión cuente.

―Son palabras duras de decir, pero muy sensatas.

Kelsier asintió mientras daba otro trago de vino. Su mirada se perdía en algún punto por detrás de mí. Podía estar inmerso en sus propios recuerdos, disfrutando del sabor del dulce vino o, simplemente, esperaba la siguiente pregunta. Sin intención de ocasionarle más daño, formulé la siguiente cuestión:

―¿Con quién has tenido más afinidad en tu historia?

―He encontrado a muchas personas en mi camino que merecían ser protagonistas de esta respuesta. Aun así, no podría olvidarme de Mare o de Dockson. Y de Vin ―suspiró―. Esa muchacha fue casi como una hija para mí. No podría quedarme con uno, Alba. La banda al completo, desde el experimentado Sazed hasta el joven Fantasma, todos estaban dispuestos a luchar por los demás y en todos ellos estaba puesta mi confianza y mi aprecio.

―Comprendo. ¿Y con quién has tenido menos afinidad?

Un brillo de odio surgió de su mirada cuando comenzó a hablar:

―Aquellos incapaces de ver más allá de su propio poder o riqueza. Con esa gente es imposible encontrar algún tipo de conexión.

―Entiendo que hablas del Lord Legislador.

―No solo de él. La nobleza de Luthadel perdió sus escrúpulos cuando rechazaron a los ska y los trataron como si fueran animales. No podía permitir que siguieran actuando de esa manera.

El odio creció en su mirada y en su rasgado tono de voz. Admiraba los ideales de Kelsier, aunque no siempre conectara con sus actuaciones. En el fondo, sabía que él tenía razón y que todo lo que aconteció en El Imperio Final fue necesario, pero no deseaba reabrir ninguna herida por lo que decidí cambiar de tercio.

―¿Tienes algún referente fuera de tu mundo?

―Si tuviera que mencionar a alguien, tal vez diría Paul Atreides de Dune. Su historia tiene algo que resuena conmigo, especialmente en la forma en que asume el liderazgo y la lucha contra fuerzas opresivas más allá de su control.

Sonreí al ser consciente de sus similitudes y proseguí con la entrevista:

―¿Cómo te describirías en tres palabras?

―Implacable, astuto, determinado.

―¿Qué lección crees que el lector puede aprender de tu historia?

―Creo que una de las mayores lecciones es que el poder verdadero no radica en lo que posees, sino en lo que puedes inspirar en otros. La esperanza y la determinación pueden ser las armas más fuertes.

―Llegamos a la última pregunta, Kelsier. Si fueras un animal, ¿cuál serías?

―Un tiburón ―sonrió―. Siempre en movimiento, siempre buscando la oportunidad, implacable en la caza y, sobre todo, un superviviente en cualquier entorno.

―Una imagen muy acertada.

Los dos sonreímos sabedores del doble significado que tenían sus palabras y que, para evitar cualquier spoiler, evitaré explicarte.

Al terminar la entrevista, le llevé a dar un paseo por el centro de la ciudad. No sé muy bien cómo sucedió, pero acabamos inmersos en medio de una manifestación. Yo no tenía muy claro cuáles eran los motivos de sus quejas, pero Kelsier acabó dando un discurso de masas que se retransmitió en la televisión local. Puede que algunos de vosotros lo vierais y pensarais que os recordaba a alguien, pero sin terminar de caer en a quién. Pues era él, vuestro inconsciente no os engañó. Tal y como Brandon Sanderson le describió en su saga Nacidos de la bruma.

Gracias, mente inquieta, por visitar Intermundo.

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