Genevieve Swartz (ECCP)

Cuando escuché el motor de un coche en la solitaria calle de mi estudio, dejé el ejemplar de Escuadrón Contra Criaturas Paranormales encima de la mesa para asomarme a la ventana. Un Jeep CJ5 azul acababa de aparcar y de él se bajaron un muchacho rubio y una joven de pelo moreno recogido en una trenza. Lucas y Genevieve ya habían llegado.

Esperé impaciente a que subieran al despacho los dos cazadores de criaturas sobrenaturales que me había presentado María Leiva Guerrero en su novela. Genevieve Swartz apenas tocó la puerta cuando yo la abrí.

―Bienvenida.

Ella me tendió la mano y yo se la estreché antes de invitarla a pasar y sentarse en el sofá de los invitados.

―¿Quieres tomar algo?

―Te lo agradezco mucho, Alba. Nunca le diría que no a un café doble. Lucas dice que a estas alturas lo que corre por mis venas es pura cafeína, pero él no entiende el chute de energía que me aporta. Sobre todo, cuando nos toca viajar durante horas en el Jeep por una misión.

Sonreí mientras le preparaba el café y me animé a indagar un poco sobre su compañero:

―¿Lucas no te acompaña?

Genevieve negó con la cabeza.

―Se ha quedado abajo.

―Puede que, ya que estáis aquí los dos, me anime a hacerle la entrevista a él también.

Le ofrecí la taza de café y me senté en mi silla. Aparté a un lado el libro Escuadrón Contra Criaturas Paranormales donde los había conocido y cogí los papeles en los que tenía preparada mi entrevista.

―¿Empezamos? ―Ella asintió mientras le daba un sorbo al café―. ¿Cuál ha sido el momento más determinante en tu vida?

―El día en el que Kristen y Patch Swartz me adoptaron. Recuerdo con mucho cariño ciertos momentos de cuando vivía en el orfanato, pero cuando ellos me escogieron para formar parte de su familia… me salvó la vida. Ahí empecé a vivir de verdad.

―Qué sensación tan bonita. Dime, Genevieve, si pudieras cambiar alguna decisión del pasado, ¿lo harías?

―Las decisiones que tomamos en el pasado definen quienes somos ahora, nos guste o no. Pero si pudiera cambiar una cosa… Sería eliminar de mi cabeza Dragon Ball Evolution. La vi con Noel en el cine, el día del estreno. Cuando anunciaron el trailer debí sospechar que esa sería mi peor inversión, pero él insistió en que iba a ser la película del año.

Reí con fuerza ante lo inesperado de su respuesta. Aunque no era la contestación a la que estaba acostumbrada, María Leiva hizo una labor excepcional retratándome a la cazadora en su novela, así que tampoco me sorprendió; así era Genevieve. Luchando por controlar la risa, pasé a la siguiente pregunta:

―¿Con quién has tenido más afinidad en tu historia?

―Con Lucas, sin duda. Desde el día en que nos conocimos. Nos compenetramos a la perfección a la hora de luchar. Nos entendemos incluso cuando sobran las palabras… Sabemos cómo actuar cuando uno de los dos está triste, alicaído o incluso enfermo. Sabemos cuándo debemos respetar nuestro espacio y cuándo necesitamos lo contrario.

―Con compañeros así, una acude con gusto a trabajar.

Asintió y dio otro trago a su café. Yo me aventuré con la pregunta que más sentimientos dolorosos o iracundos solía despertar entre mis invitados.

―¿Y con quién has tenido menos afinidad?

―Podría decirse que con Paxton, un compañero del Escuadrón. Siempre que hemos salido juntos de misión casi terminamos tirándonos las armas a la cabeza. ¡Dioses, qué tío más egocéntrico e irritante!

―Conozco algunas personas así. ¡Es exasperante! ―ambas reímos―. ¿Tienes algún modelo o referente a seguir fuera de tu mundo?

―Los hermanos Winchester ―respondió con una sonrisa amplia―. Soy una aficionada de la serie Supernatural. Ojalá algún día llegue a ser tan fuerte como ellos, estoy segura de que lo conseguiré. Aunque lo que más me fascina es la unión que hay entre ellos. Nunca se rinden ante las adversidades y de una forma u otra siempre permanecen juntos. También me encanta el sentido del humor que tiene Dean, esa forma de camuflar el dolor por tal de proteger a su hermano… es admirable.

―Te reconozco que leer la historia que escribió María Leiva sobre ti y Lucas me recordó bastante a esa serie. Si lo que quieres es parecerte a Dean, ¡vas por buen camino!

Genevieve se sonrojó y ocultó la cara en la taza de café para darle un nuevo sorbo a su bebida.

―¿Cómo te describirías en tres palabras?

―Leal, inquieta, altruista.

―¿Qué lección crees que el lector puede aprender de tu historia?

―Los monstruos que se esconden debajo de la cama no son a los que hay que temer, no siempre, al menos. A esos se les puede combatir y vencer siempre que se trabaje en equipo. Porque el Escuadrón es más que un trabajo, es una familia. Al margen de eso, hay que comprender que hay otros monstruos ahí fuera y algunos visten con traje y corbata y se pasean entre la multitud. Apoderándose del dinero de los demás y aprovechándose de su confianza.

―Llegamos al final de la entrevista con la pregunta que más entusiasma a nuestros lectores. ¿Qué animal serías?

―En otra vida me encantaría ser un perro. Un pastor malinois probablemente.

―Con su agilidad y fuerza seguro que no te costaría seguir dedicándote a perseguir a los malos.

Genevieve sonrió un instante antes de que comenzara a sonar Carry on wayward son de Kansas en su teléfono móvil. Ella resopló y respondió a la llamada entrante. Al parecer tenían que regresar a su ajetreada vida de cazadores, aunque todavía tuvieron un momento para tomarse una hamburguesa rápida. Así que acabamos Genevieve Swartz, Lucas Graham y yo en una hamburguesería de mi barrio, con los dedos pringados de kétchup y con la promesa de que volveríamos a vernos algún día.

Me dieron su tarjeta y yo lo agradecí. Nunca se sabe cuando una puede necesitar la ayuda del Escuadrón Contra Criaturas Paranormales. Después de haber leído la novela de María Leiva Guerrero, no deseaba enfrentarme a aquellos monstruos por mi cuenta.

Gracias, mente inquieta, por visitar Intermundo.

Esta entrevista ha sido realizada gracias a la colaboración de María Leiva Guerrero (puedes conocerla aquí)

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