Tessia (La maga)

Portada de la novela La maga, escrita por Trudi Canavan, con el logo de Proyecto Intermundo sobre ella.

Cuando leí la trilogía Crónicas del Mago Negro, de Trudi Canavan, creí que no volvería a encontrar un personaje femenino tan complejo como Sonea. Miré la portada de La maga, la precuela de esta trilogía, y sonreí recordando mi ingenuidad. Tessia había sido protagonista de una historia con grandes dosis de misterio y reivindicación. Estaba deseando conocerla en persona y aprender todo lo que pudiera de su fortaleza e inteligencia.

Cuando la delgada adolescente entró en mi estudio, yo sonreí llena de admiración.

―Bienvenida, Tessia.

―Gracias, Alba. Me encanta formar parte de este proyecto, espero estar a la altura.

―Conociéndote, seguro que sí. ¿Quieres beber algo?

―Oh, sí, gracias. Un té caliente estaría bien. Algo reconfortante y sencillo, que me permita relajarme y centrarme; los días con Lord Dakon a menudo son agotadores.

Calenté agua para las dos, llené dos tazas y coloqué sendas bolsitas de té en ellas. Tessia parecía más madura de lo que le correspondía a su edad. Al menos yo con 16 años no me mostraba tan segura. Le ofrecí la taza con una sonrisa y la invité a sentarse en el sofá. Ella se acomodó con un estilo aristocrático, impropio de alguien que se ha criado en el pequeño pueblo de Mandryn.

―¿Estás cómoda? ―ella asintió―. Entonces, comencemos. ¿Cuál ha sido el momento más determinante en tu vida?

―Sin duda, el día en que descubrí mi habilidad mágica y me aceptaron como aprendiz. Hasta entonces, nunca imaginé que tendría un futuro más allá de ser la sanadora de Mandryn, que ya era complicado para una mujer. Convertirme en maga me abrió puertas que nunca habría imaginado, pero también me expuso a desafíos y peligros que no conocía. Aquel día marcó el fin de mi antigua vida y el comienzo de otra llena de posibilidades y responsabilidades.

―Fue un cambio interesante, a pesar de que el momento de tu descubrimiento mágico fue algo… bastante intenso ―Tessia se sonrojó―. ¿Cambiarías alguna decisión del pasado?

―Uff, esa es una pregunta algo dolorosa. Creo que habría buscado la forma de ser más honesta con ciertos sentimientos y personas. Debería haber expresado más lo que necesitaba y deseaba. Aunque no cambiaría mis decisiones mayores.

―Comprendo. ¿Con quién has tenido más afinidad y con quién menos?

―Esa respuesta la tengo clara. He sentido una profunda afinidad con Lord Dakon, mi maestro. A pesar de ser tan diferentes, él me ha guiado y ofrecido su apoyo en todo momento, mostrándome paciencia y comprensión. En cambio, menos afinidad sentí con aquellos que ven la magia solo como un instrumento de poder y prestigio, sin considerar el impacto que sus decisiones tienen en los demás.

―Te reconozco que cuando leía lo que esas personas decían, me revolvía en mi sofá de lectura. Poco me faltó arrancar las páginas del libro.

Rompimos a reír. Tessia bebió un poco más de su infusión y esperó atenta a la siguiente pregunta.

―¿Tienes algún modelo a seguir fuera de tu mundo?

―La verdad es que me siento intrigada por la historia de Éowyn de El Señor de los Anillos, una mujer que enfrentó la guerra y la opresión con valentía, incluso desafiando las expectativas que otros tenían de ella. Su valentía y determinación me inspiran.

―Qué ejemplo más bonito. Dime, Tessia, ¿cómo te describirías en tres palabras?

―Escogería determinada, compasiva y perseverante.

―E inconformista. Eres toda una mujer reivindicativa como dicen por aquí.

―A veces es necesario luchar por lo que deseamos, aunque parezca todo en contra. Aunque debo reconocerte que, en el momento, no tenía muy claro lo que estaba haciendo.

―¿Qué lección crees que puede aprender quien lea tu historia?

―Que el poder y las habilidades no son el fin en sí mismos; lo que importa es el propósito con el que los usamos. También que cada pequeño acto de bondad y cada elección de empatía puede tener un impacto mayor del que uno imagina.

Sonreí al escucharla. Quizás si alguien me hacía a mí la entrevista que yo había diseñado, elegiría como referente a Tessia. Di el ultimo trago a mi té y formulé la última pregunta:

―¿Puedes imaginar qué animal serías?

―Me sentiría como una garza. Es un animal elegante, siempre observador, que se mueve entre el agua y la tierra con cautela, pero que también puede volar y ver el mundo desde arriba. Como una maga, necesito esa visión y equilibrio, ver lo que otros no ven y entenderlo desde diferentes perspectivas.

―Muchos necesitaríamos esa habilidad. Muchas gracias por tu tiempo, Tessia. Tus respuestas resultan muy inspiradoras. Si lo deseas, podemos seguir conversando en otro lugar.

―Me encantaría.

―Puedo enseñarte la facultad de medicina de mi ciudad, tiene un museo increíble.

―¡Oh! Eso sería magnífico.

Pasé una tarde inolvidable con Tessia, la protagonista de La maga, y agradecí a Trudi Canavan que contara su historia. Después de ver el museo de la facultad, acabamos de copas en el campus universitario. Tessia disfrutó como nunca, quizás demasiado si al día siguiente tenía que enfrentarse a las lecciones de Lord Dakon, pero eso ya era problema de otro momento.

Gracias, mente inquieta, por visitar Intermundo.

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