
Me encontré con la tímida Marasi Coolms al comenzar la segunda era de Nacidos de la bruma. En Aleación de ley escuché su nombre por primera vez y a través de Sombras de identidad, Brazales de Duelo y El metal perdido, terminé de conocerla del todo. Durante mi lectura, fue uno de los personajes de Brandon Sanderson cuya evolución más me gustó. Por eso parecía normal que me sintiera como una niña a punto de conocer a una persona que acumulaba un gran aprendizaje vital a su espalda.
―¿Se puede?
―Por supuesto, Marasi. Pasa.
Entró y me adelantó la mano para saludarnos con formalidad. La sonreí durante un momento antes de intentar hacer que se encontrara más cómoda.
―Bienvenida a Proyecto Intermundo, ¿te ha costado encontrar el estudio?
―La verdad es que no. Después de todo lo vivido en Elendel, lo cierto es que me oriento bien entre las calles de una gran ciudad como esta.
―Me alegro. Ponte cómoda, ¿quieres beber algo?
―Oh, gracias por preguntar. Un té negro estaría perfecto.
Calenté agua para dos y preparé una taza para ella y otra para mí. El té negro es una de mis bebidas favoritas así que no desaproveché la oportunidad de disfrutar de su aroma en buena compañía. Marasi me sonrió por cortesía y aceptó la taza tras sentarse en el sofá de invitados. Dio un sorbito y cuando vi que su cuerpo se relajaba contra el mullido respaldo del sofá, comencé con la entrevista:
―¿Preparada?
―Una mujer siempre debe estarlo, ¿no es así, Alba?
―Desde luego ―la sonreí con complicidad y me lancé con la primera pregunta―: ¿Cuál ha sido el momento más determinante de tu vida?
―Creo que fue una decisión que yo tomé, más que una situación externa. Cuando decidí abandonar mi carrera legal para unirme a las aventuras con Waxillium y Wayne. Fue un acto de confianza en mí misma y en mi capacidad para marcar una diferencia real en el mundo. Nunca había dejado atrás la comodidad de los libros y las salas de juicio. Al principio fue aterrador, pero mereció la pena.
―Si pudieras, ¿cambiarías alguna decisión del pasado?
―Me gusta fantasear con la idea de viajar al pasado para infundirme más coraje y confianza en mi instinto. Hubo momentos en los que dudé demasiado de mis habilidades y permití que otros dictaran mis límites. Algunas personas sufrieron por ello.
―Es comprensible tu sentimiento, aunque como admiradora de tu carrera en el mundo de Nacidos de la bruma debo reconocerte que al final aquellos errores terminaron mereciendo la pena.
Marasi sonrió mientras ocultaba sus mejillas ruborizadas tras la taza de té. Su humildad le dificultaba encajar los cumplidos, aunque la admiraba, procuré cortarme un poco para no incomodarla demasiado.
―¿Con quién has tenido más afinidad en tu historia?
―Lo cierto es que siempre he tenido una afinidad especial con Steris. Somos muy diferentes, su perspectiva meticulosa y su fortaleza me han enseñado mucho y luego… Bueno, luego está Wayne. Él es un caso especial. Es un amigo increíble, pero nuestras formas de abordar las cosas no siempre encajan. De hecho, a veces su humor me desconcierta. No sabría decir si es alguien con quien he tenido mucha o poca afinidad.
No pude evitar reír al recordar las conversaciones entre los dos. Puede que a mi me encantara Wayne y todas sus salidas, pero entendía que a Marasi le costara encajar con él.
―Precisamente, mi siguiente pregunta va por ahí. ¿Con quién has tenido menos afinidad en tu historia?
―Bueno, dedicándome al campo de la justicia, la investigación y el cuerpo policial, creo que podría contestar que cualquiera que infrinja la ley. Aunque hay algunos en especial que pondría en lo alto de mi lista. Ya sabes, esos que me hicieron sufrir a mí, o a mis amigos, la traición y la muerte que trajeron consigo.
―Creo que me hago una idea clara del grupo de personas al que te refieres. Cambiando de tercio, me gustaría saber si tienes algún modelo a seguir fuera de tu mundo.
―Probablemente me inspiraría en alguien como Honor Harrington, del universo creado por David Weber. Una líder brillante, decidida y con una profunda ética. Creo que nos entenderíamos bastante bien.
―Haríais una pareja peculiar. Me encantaría veros trabajando juntas para resolver un crimen.
―¡Y a mí! ―se rio.
―¿Cómo te describirías en tres palabras, Marasi?
―Espero no caer en la soberbia, Alba, pero me gusta considerarme perspicaz e inteligente, aunque algo insegura. Si me haces la pregunta dentro de un tiempo, quizás cambie mis respuestas.
Asentí aceptando el reto de volver a invitarla y me regodeé un instante en la magnífica evolución que había experimentado Marasi a lo largo de la segunda era de Nacidos de la bruma. Una lección sobre la superación y la resiliencia que me acompañará siempre. Con curiosidad creciente, formulé la siguiente pregunta:
―¿Qué lección crees que un lector podría aprender de tu historia?
―Que el conocimiento y la acción no son opuestos. Puedes ser un erudito, valorar la lógica y la planificación, y aun así lanzarte al caos para hacer lo correcto. La valentía no es la ausencia de miedo, sino el avance a pesar de él.
―Magnífico aprendizaje. Aunque me da algo de pena, debo decirte que voy a hacerte la última pregunta.
Marasi rio con nerviosismo y apuró el contenido de su taza.
―Es la del animal, ¿verdad? Wayne volvió a Scadrial como loco contándonos que la entrevista había merecido la pena, aunque solo fuera por la pregunta del animal.
―Espero que disfrutara del resto del encuentro también ―respondí sin saber cómo tomarme aquella respuesta, lo cierto es que disfruté mucho del día que pasé con el Rey de los sombreros.
―Oh, sí ―dijo restándole importancia con la mano―. Wayne estuvo encantado con la atención aquí, pero aquella pregunta lo marcó para siempre.
Reímos las dos al recordar sus extravagancias y pensé en lo divertido que sería invitar al grupo entero en alguna ocasión.
―Pues vamos con ella, Marasi. ¿Qué animal serías?
―Un búfalo. Tranquilo, adaptable e inofensivo en apariencia, pero con una fuerza increíble cuando es necesario.
―No podrías haber encontrado una respuesta mejor. Quizás debería adelantar esta pregunta a mis próximos invitados antes de su llegada para que la mediten.
―¿Y arruinar el factor sorpresa? Nada de eso, Alba.
Me guiñó un ojo y me devolvió la taza de té. La invité a pasear y, aunque alguien la esperaba de vuelta en Elendel, aceptó. Le enseñé algunos de los rincones secretos más espectaculares de mi ciudad y terminé de conocer a Marasi Coolms, la mujer que Brandon Sanderson desarrolló en sus novelas de la segunda era de Nacidos de la bruma (Aleación de ley, Sombras de identidad, Brazales de Duelo, El metal perdido) y de la que me enamoré por su magnífica evolución.
Gracias, mente inquieta, por visitar Intermundo.
Nos leeremos en otra ocasión, … o en otro mundo.